¿QUE ME HA ENSEÑADO LA PANDEMIA?

Este año ha sido muy intenso, ya vamos por la segunda mitad y siento que han pasado casi 2 años desde que empezó. Lo bueno es que ha estado lleno de muchas enseñanzas, personalmente más que cualquier otro año. Y la sensación es parecida en otras personas, lo he hablado con mi familia, amigos y también lo he visto en las noticias y publicaciones como esta que estoy escribiendo. Sé que no soy la primera en hacer una lista de las enseñanzas de esta pandemia, pero tengo muchas ganas escribirlas y compartirlas con ustedes, para no olvidarlas nunca.


Todo está en un constante cambio

Es increíble como puede cambiarte la vida de un día para otro. Este ha sido un cambio colectivo y muy evidente, pero éstos siempre han sido parte de nuestra vida. Creo que además son necesarios porque son los que nos hacen avanzar, crecer y aprender. Muchos vienen por decisión propia para buscar algo mejor y otros por obligación debido a una enfermedad, una guerra, una catástrofe natural, en fin muchas cosas que no buscaron pero llegaron sin avisar. A lo que quiero llegar es que, no nos damos cuenta (o no nos queremos dar cuenta, porque los cambios a veces asustan) que vivimos en un constante cambio y que somos capaces de adaptarnos gracias nuestro instinto de supervivencia. Pero qué pasaría si valoráramos esa capacidad de adaptación, la traemos al consciente y nos damos la posibilidad transitarlos de la mejor manera que nos sea posible. Todos tenemos la opción, no importa el tipo de cambio que sea, de sacar lo mejor de nosotros y aprender en el proceso. Tenemos que aprender a ser resilientes para disfrutar de la vida.


Nunca dejaremos de ser seres sociales

El ser humanos es el animal más social de todos. También somos el animal que nace más inmaduro, por lo que es necesario tener adultos a nuestro alrededor que nos ayuden a sobrevivir. Creamos familias, buscamos amigos, vivimos en una comunidad y siempre estamos buscando la manera de agruparnos. Necesitamos interacción y convivencia con otros seres humanos para aprender, desarrollarnos y reproducirnos. ¡Somos seres sociales, esa es nuestra naturaleza!. El confinamiento me ha hecho ver esto de una manera más real, me he dado cuenta de la importancia que tienen todas esas personas que quiero, como extraño compartir momentos junto a ellos, sus abrazos, sus caricias. Esto teniendo en cuenta que además llevo casi dos años de no ver a mi familia en Costa Rica y aunque llevo más tiempo de distanciamiento físico con ellos, hemos intensificado el «acercamiento social» con llamadas, videoconferencia y mensajes. Porque aunque tengamos que separarnos fisicamente nunca dejaremos de ser seres sociales.


Es necesario cambiar el significado de la salud

La OMS dice que: «La salud es un estado de bienestar físico, mental y social completo, y no meramente la ausencia del mal o la enfermedad». En otras definiciones también he visto que la consideran como una sensación subjetiva de cada persona. La verdad me entristece que hemos llegado a eso, porque sé que muchas personas normalizan dolores, enfermedades, sensaciones y emociones, que no deberían representar un buen estado de salud, porque hay maneras de combatirlas. Nuestro cuerpo es la máquina más impresionante que jamás ha existido, nos manda señales y nos avisa cuando algo no está bien, sin embargo estamos totalmente desconectamos y no sabemos oír esas señales. No culpo a nadie (ni a los médicos), es como nos han enseñado; nos dan pastillas para calmar los síntomas pero no nos ayudan a encontrar la razón por la que aparecieron en primer lugar. Sin embargo, la pandemia ha abierto los ojos de muchos, han tenido en cuenta que por ejemplo la obesidad (algo casi considerado normal en algunos países) es un factor de riesgo importante. Que el sistema inmune tiene que estar bien modulado porque puede ser que en lugar de ayudarte, te termine atacando de una manera tan fuerte que no se puede controlar. En fin tenemos que darle más importancia a esas síntomas que nos molestan porque nos pueden estar diciendo que algo hay que cambiar. Si quieres ayuda contacta conmigo 🙂


Tenemos que aprender a parar

Vivimos en una sociedad en la que hacer mil cosas a la veces es bien visto. Donde las horas del día no son suficientes. Donde el estrés es constante y el cuerpo siempre está en estado de alerta (que por cierto es muy poco saludable pero la mayoría lo ve como algo normal). En mi caso, un día estaba trabajando más de 8h y al otro «no tenía nada que hacer». Inmediatamente me puse a buscar cosas para rellenar mi agenda: webinars, más ejercicio del que nunca había hecho, videos para aprender algo nuevo. Había días que tenía 2 webinars al día de 2h cada uno y al final no le sacaba provecho a ninguno porque ya mi cabeza no daba para más… Sentí que me estaba empezando a dominar una «adicción al estrés» y la culpa de no hacer nada. Ahí fue donde decidí parar y darme ese espacio para estar conmigo mismas, a oír mis pensamientos y deseos, sentir mis emociones y darle al cuerpo y a la mente aquello que me estaba pidiendo. Ha sido una buena lección, las cosas se han ido acomodando y he logrado seguir con cursos (pero que realmente valen la pena y les saco provecho), he empezado a trabajar en lo que realmente quiero. Y no quiero que me mal interpreten, creo que tener la mente activa es muy importante, pero también lo es parar. Sé que no es fácil, en mi caso y gracias a la pandemia, fue algo impuesto, pero he logrado sacarle el mayor provecho. Ahora me he propuesto nunca olvidar esta lección de vida.


La solidaridad y la empatía es clave en momentos difíciles

La pandemia me ha hecho volver a creer en la humanidad, me he dado cuenta que hay mucha gente buena en este mundo dispuesta a ayudar y dar todo por personas que ni siquiera conocen. Sé que también se ven cosas que la verdad no van en esa dirección, pero sí noté que en los peores momentos siempre ganaba la solidaridad y la empatía. Por eso he decidido quedarme con la parte buena y positiva que tenemos los seres humanos. Aunque ya sabía la importancia de estos actos, he visto de manera más activa y cercana a la solidaridad y como ésta ha ayudado a muchas personas que la estaban o están pasando mal. También como el intentar de ponernos en los zapatos de otros, nos ayuda a ayudar (valga la redundancia) de una mejor manera a los demás. Han sido meses muy duros, tristes y frustrantes; ver como viejitos morían solos en la residencias o en sus casas, como las personas no se podían despedir de sus familiares, ver a los niños encerrados en sus casas…han pasado muchas cosas y seguiremos viviendo las secuelas de esta pandemia, pero considero que mientras sigamos siendo solidarios y empáticos, juntos saldremos más fuertes.


La naturaleza no nos necesita, pero nosotros sí a ella

La naturaleza nos ha dado una gran lección y yo la veo desde este punto de vista: si algún día los humanos desapareciéramos, la naturaleza no nos extrañaría. En un momento se olvidaría de nosotros y seguiría su propio rumbo. Es increíble que todavía nos cueste darnos cuenta de esto, pero gracias a que en algunos lugares del mundo estuvimos encerrados casi 2 meses, pudimos ver el poder que tienen las plantas y los animales. Las plantas crecieron más rápido y sin limites, los animales salieron libres y dejaron de esconderse, el cielo se limpió… Tenemos que intentar ser más respetuosos con la Tierra, es nuestro hogar y por el momento no tenemos otro a donde ir. Sinceramente ahora me preocupa que ese pequeño respiro que le dimos sólo fuera eso, un pequeño respiro. Ahora veo las mascarillas tiradas por todo lado, miles de guantes de plástico que antes nadie usaba, un montón de botellas de plástico con alcohol y gel desinfectante….nos olvidamos muy rápido de todo y volvemos a caer en el mismo juego. Intentemos reciclar, tirar las cosas en su lugar y así por lo menos ayudamos a que el impacto se mucho menor.

Todo lo que he contado es mi opinión personal y son cosas que me ha recordado esta pandemia. Para mí son lecciones de vida que nunca quiero olvidar y que quiero que me acompañen siempre. Espero que muchas personas puedan hacer este mismo ejercicio, porque estoy segura que todos hemos visto o sentido algo que talvez sabíamos que era importante en nuestra vida pero no queríamos ponerle atención. Ahora tenemos la oportunidad de entenderlo y darle la importancia que se merece.

Además creo que de las crisis pueden salir buenas oportunidades, pero tenemos que aprender a identificarlas para sacarles el mayor provecho y aprender de ellas. Sé que a veces el miedo nos gana y no ayuda toda la información a la que tenemos acceso y que parece que está hecha justamente para eso, para meternos miedo y paralizarnos, pero todos tenemos la capacidad de buscar la mejor manera de atravesar momentos complicados, aprender de ellos y tomar el control de nuestra propia vida.

Publicado por Laura Salas R.

Por medio del coaching y otras terapias complementarias, te ayudo a encontrar tu mejor versión física, mental y emocional. Te guiaré para que tomes consciencia de los hábitos que te han estado enfermando y analizaremos el por qué. Al llegar a la raíz del problema, juntas, podremos buscar las mejores opciones y soluciones que se adapten a tu estilo de vida, para que puedas estar y sentirte mejor en todas las áreas de tu vida.

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